martes, 2 de junio de 2015

Cuarto día.

El Louvre era una de las paradas obligatorias en nuestro viaje porque siempre hemos visto sus obras de arte en la televisión y nos han llamado mucho la atención así que decidimos dedicar el cuarto día entero en él.
En la entrada nos dejaron unos cascos para escuchar las explicaciones de las diferentes obras de arte que podíamos encontrar ahí. Tenías que seleccionar el idioma en el que querías reproducir lo que decían. Como lo que más ilusión nos hacía era ver la Monalisa de Leonardo Da Vinci, fuimos directamente allí. Siempre ha sido lo más destacado de este museo por lo que ignoramos obras que para mi gusto estaban mucho más elaboradas. La obra de Da Vinci me decepcionó un poco porque ni siquiera pudimos acercarnos a hacerle una foto y había tanta gente a su alrededor que no pudimos apreciarla del todo. Por lo demás, salimos encantados.

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